Es sobre las mujeres que juegan #Sóftbol… No, espera, no podría decir «juegan», tendría que encontrar un verbo diferente o un adjetivo para alguien que vive y se entrega sin tener en mente el ganar o perder.
Quiero platicarte sobre las «Diablillas de #Hondzonot«. Un equipo de mujeres que realizan encuentros de Sóftbol. Ellas han llamado la atención de muchas personas por jugar descalzas y portar con orgullo su hipil.
La curiosidad virtual ha sido viral y gracias a ellas ya aparece Hondzonot en #Google maps. Ya sabemos cómo llegar.
Para iniciar, hay que viajar al corazón de la zona Maya en el estado de #QuintanaRoo, #México.
Hondzonot es una comunidad ubicada a 35 min del poblado de #Coba, pertenece a la cabecera municipal de #Tulum y cuenta con aproximadamente 400 habitantes.
Las familias se dedican a la milpa, la crianza de animales, la cosecha de miel, y el tejido de blusas. Aún así la carencia económica orilló a algunos habitantes ayudar a su familia trabajando en la hotelería en Tulum, #PlayaDelCarmen o #Cancún.
La primaria «General Vicente Guerrero» les brinda la educación básica, de ahí no hay secundaria o universidad, siendo muy difícil continuar con los estudios.
La gente en esta zona es gentil y hospitalaria. Disfrutan cuando tienen visita y son un ejemplo de anfitriones.
Hay una actividad peculiar en Hondzonot, las mujeres «Viven el Sóftbol». Ellas y sólo ellas, llenan de ojos y gritos el campo.
No importa si sabes o desconoces sobre este deporte. Es tan emocionante, que puedes sentir el corazón de cada jugadora, y con eso es suficiente.
Las Diablillas de Hondzonot se han convertido en la atención, curiosidad y admiración que solo lo explica el pasado.
Fue en el 2018 cuando un grupo de personas extranjeras llegó a iniciar un proyecto de Béisbol.
Crearon dos equipos femeniles, al ganador lo equiparon con uniformes.
El proyecto obtuvo gran respuesta, las mujeres por primera vez se sintieron incluidas y tomadas en cuenta en un deporte que después de dejar de ser niñas era solo para hombres.
Este proyecto tenia una fecha límite, y sólo pudieron participar las mejores jugadoras.
Esto provocó que muchas mujeres abandonaran el campo y regresaran con ánimo de derrota a casa. Aparentemente a continuar con lo que «La vida» dictaba que tenían que ser antes de nacer.
Todas continuaron con sus actividades pero… Algo era diferente, en su sangre maya circulaba; voluntad, iniciativa y decisión.
Ellas regresarían al campo, ahora mas fuertes, unidas y sin condiciones.
Se dieron cuenta que no necesitaban a nadie, ni el permiso de sus esposos o padres, ni ser organizados por un proyecto ajeno.
La derrota la intercambiaron por un «Tengo todo lo que necesito».
Fue así que iniciaron portando con orgullo el único uniforme parlante de la mujer maya, el hipil.
Es verdad, les hacían falta zapatos, pero sería muy difícil encontrar; marca, modelo o número para unos pies que morían de ganas por sentir la libertad en la tierra húmeda.
Fue así, que se sembraron en el campo, como semillas, para crear el equipo femenil de Sóftbol de la zona Maya «Las Diamantes de Hondzonot».
Esto causó molestia en algunos habitantes, en su mayoría padres y esposos, así que cada encuentro no trataba de un simple juego, trataba de cambiar la historia, de no continuar con lo mismo, de hacer las cosas diferentes, ahora como mujeres mayas desobedientes.
La combinación del tiempo con la incomodidad de los hombres y el estilo de juego las orilló a buscar una definición, un nombre que tambaleara la duda, el miedo, el tabú y a sus adversarios, algo divertido y pícaro… ¿Y por qué no? Fue entonces cuando brotó de las semillas en el campo pequeñas flores moradas, surgiendo entonces lo que el mundo conociera como «Las Diablillas de Hondzonot».
Hoy son tendencia y han llamado la atención de miles de personas. Incluso los Diablos Rojos de México y Grupo Wilson las apoyaron con equipo.
Como te escribí, es una gran historia, muy inspiradora.
Ojalá que con tu ayuda, estas líneas e imágenes lleguen a personas que se puedan inspirar y tal vez participar ayudando.
El equipo no es profesional y en realidad ha perdido en la mayoría de sus juegos amistosos, pero ya logró lo que parecía imposible, cambiar la conciencia colectiva. Hoy los padres, esposos y amigos ya son parte del movimiento y apoyan a las jugadoras.
Así que en cada partido estas mayas desobedientes ya ganaron.
Y por esta razón, no solo se trata de un «juego». Se trata de poder elegir libremente el ser feliz.
Te invito a darle like y a compartir esta publicación para ayudar a las Diablillas de Hondzonot.
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Información y fotografía: #JuanAntonioMartínezGranados.
Agradecimientos
Fabiola May Chulim
Laura Gio
Irma Ramos
Luis Herrera Quiam
Ramón Aguilar
Karina Luna
Ramona Flowers
Antonio Ramos
En especial al equipo y familia de Las Diablillas de Hondzonot.